26 de agosto de 2010

Jugadas del destino

Yo creo en el destino, pero no entiendo su criterio, es algo extraño, vago, incluso hasta macabro. A todos distintos destinos, no hay dos vidas que sigan el mismo camino – primer error del destino: hacernos vivir como individuos, sin dejar formar lazos reales de amor y confianza -, a algunas personas les toca una vida simple – más bien ingenua – mientras que a otras una mucho más complicada, una verdadera vida, porque vivir en la realidad es vivir en constante conflicto y bastantes complicaciones.

El destino nos da direcciones, como señales de tránsito que nos muestran como llegar a casa, a nuestro hogar – mejor dicho “el hogar de cada uno” -, pero depende de cada uno seguirlas o no. A veces tomar el camino equivocado nos lleva a avenidas oscuras, de las que es difícil salir, otras veces solo nos atrasan, también hay atajos, caminos más cortos pero muy peligrosos, quizá callejones, con perros que te persigan, que persigan nuestros sueños para intentar destrozarlos, y solo queda correr más rápido que ellos, e incluso volar, alejando nuestros sueños de los prejuicios de la gente, que nos persiguen como perros hambrientos de desilusiones.
Pero todos los caminos llegan a un lugar, al lugar al que pertenecemos.
A algunos – como a mí - les ha tocado un camino “fácil”, placentero en cierta forma, si no fuera por la constante oscuridad, el horrible sentimiento de impotencia, estar destinada a ver como mis amigos sufren, como lloran e intentas quitarse la vida. Eso no es nada fácil, y opaca el camino por el que vamos, en cada momento de luz podemos observar con toda la claridad del mundo la hermosura del paisaje, que todo está perfecto, y que el futuro que nos espera es grato, pero la oscuridad, las sombras parecen una ilusión, como si no hubiera nada, como si el camino desapareciera, pareciera que al dar un paso caeríamos directo al centro de la tierra.



Ese maldito destino, quisiera poder hacer algo, hacer más, para que el fin de todo camino sea la felicidad, que todos tomemos los caminos correcto, pues de eso depende nuestro hogar, si más nos desviamos nuestro hogar será más pobre, careceremos de más cosas, como castigo por nuestras malas decisiones, pero, ¿Qué puedo hacer yo? No soy más que un peón en este macabro ajedrez, me pregunto, si en algún lugar, alguien o algo se divierte con esto, si alguien se entretiene con la vida errante de un hombre cualquiera.

19 de agosto de 2010

Sentimiento estúpido

Culpabilidad, inseguridad, irritación e incluso enojo… son alguna de las cosas que siento ahora, me siento culpable por cada mal consejo que he dado; me siento insegura por cada decisión que he tomado; irritada por cada estúpida persona que piensa que su vida es una mierda; y enojada, enojada porque teniéndolo todo no puedo ser feliz. Es un sentimiento irracional, ya lo sé y no me arrepiento de sentirme así, porque tengo todo y no lo aprovecho, tengo demasiado y no lo merezco, y todos esperan demasiado de mí, no, no es demasiado, es poquísimo, solo que yo no puedo dárselos, no sé cómo hacerlo, si de mí dependiera les daría todo lo que quisieran, pero ellos solo me piden esfuerzo. Que estupidez, eso solo depende de mí y es muy fácil, solo tengo que esforzarme, y no lo intento, soy incapaz y no sé porque, simplemente no lo intento, no trato, sabiendo que es así de fácil como tener iniciativa. Entonces no se que esperan de mí, lo que sea ya paren de quererlo, pierdan la esperanza porque yo no la merezco, y no merezco nada, pues todo lo que tengo es mera suerte, mera coincidencia. Y lo agradezco desde lo más profundo de mi corazón, de verdad que doy gracias por tener todo lo que tengo y ser todo lo que soy, pero no lo demuestro, es otro de mis mas estúpidos errores: no se cómo decir “te quiero”. ¡Son solo dos palabras! No puedo creer que sea tan infantil… ¡Ni siquiera eso! Hasta un niño puede decir “te quiero”. No sé decir “gracias”, tampoco digo “eres mucho para mí” y menos “te quiero”, se que ellos lo saben, pero es una meta que quiero cumplir, decirles gracias, por todo, y por nada, por cada detalle y gesto que me han obsequiado.
Ya sé que soy una estúpida, porque me siento mal, me siento miserable cuando lo tengo todo, tengo una familia que me quiere, amigos que me protegen, y tengo a la persona que ha robado mi corazón y cuida de él en todo momento. ¿Qué más podría desear? Me siento como una idiota por no saber apreciar lo que tengo, y por lamentarme cada vez que caigo, sin darme cuenta de las personas que me recogen, por llorar cada vez que me pierdo sin dar gracias a los que me muestran el camino a casa, por eso me siento tonta, y quiero dar gracias y decir “te quiero”.

16 de agosto de 2010

Huía de todo

Corría… corría desesperada y no sabía de que estaba huyendo, solo quería estar lejos de todo, de todo lo que estuviera a mi alrededor, pero no lo conseguía. Trate de salirme del camino, corrí por bosques, playas y cerros… pero aun así en mis pensamientos vivía todo eso que quería dejar atrás, aunque no sabía que era, yo solo sé que estaba corriendo de algo, de las preocupaciones tal vez, o de las personas, quizá de los prejuicios de la gente, no lo sé, yo solo corría, por un camino incierto del que nadie sabía, una senda trazada por cada uno de mis pasos, y cada paso era más alejado del otro, cada paso era más radical, cada uno era totalmente distinto al anterior. Esperaba poder cambiar del todo mis pisada, y llegar a un camino, a mi camino, uno que estuviera hecho para mi, solo para mi, con el único propósito de que yo pasara por el y llegara hasta el fin. Pero no lo encontraba, no encontraba un sentido para mi vida, todo era confuso y yo buscaba un lugar en que pudiera vivir, y dejar de correr desesperadamente como lo estaba haciendo, quería tener una vida normal, pero única, una vida solo mía, pero siempre estaba corriendo, esperando llegar donde me llevaran mis pasos, pero se me hacia eterno, era una eterna agonía, una que tenía que vivir para poder saber quien soy, ignorando y dejando atrás los pensamientos de los demás, de todo aquello que me perseguía y no me dejaba caminar, que me presionaba y no me dejaba respirar, yo solo quería dejar de correr.

12 de agosto de 2010

Vive por ellos


Hay muchas personas que han dicho en algún momento de sus vidas que morirían por algún ser querido, que darían sus vidas para que éste sea feliz, pero, no todos están dispuestos a entregar todo por ellos, no dar sus vidas con la muerte, sino que dar sus vidas, y todo lo que hay en ellas, todo su tiempo y dedicación, y todo lo que esté a nuestro alcance para hacer feliz a otras personas, a nuestros amigos, porque, ¿de qué sirve morir?, no sirve de nada, solo para provocar más dolor, ¿de qué sirve morir si no aprovechas la vida que los demás han dejado para ti? Dar la vida muriendo es un desperdicio, aunque valga la pena darla por alguien. No malinterpreten, la vida se aprovecha y se desperdicia de la misma manera, viviéndola.
La vida que se nos da es para entregarla de igual manera, por eso vivimos en comunidad, para dar y recibir amor, para dar y recibir vida, pensamientos, razones, por eso tenemos compañeros, parejas, amigos… porque dar la vida viviéndola es la única madera de vivir feliz.

8 de agosto de 2010

Mundo perdido.

Estaba en el agua, nadando, creo, sentía en mis piernas el musgo que se desprendía de las rocas que seguramente había en el fondo, las rosaba con la punta de los pies en algunos momentos, pero no estaba del todo segura de que fueran piedras, en realidad, en ese momento no estaba segura de nada, mi cuerpo parecía no ser mío, mis pensamientos divagaban dentro de la mente de otra persona, me acerque a unos pilares que alcance a distinguir, cubiertos de musgo, y la roca de la que estaba hecha parecía gastada, con algunas grietas y una superficie totalmente irregular, aun así, tenían un atractivo muy interesante, al instante me di cuenta de que eran muchos pilares, que formaban un gran círculo, al pasar entre dos de ellos, divise una construcción al más puro estilo maya. En el centro de aquel círculo había una especia de isla artificial, pero hermosa, esa pirámide maya asomaba en el centro de la isla, y estaba rodeada de pasto, de un color verde reluciente. La edificación también parecía afectada por los años, la superficie se veía irregular y tenía una especia de planta trepadora a los costados, dándole un aspecto de ruina. Cuando llegue a la orilla había alguien esperándome, con una blanca sonrisa y una cara muy alegre, yo parecí sonreír e incluso sonrojarme, pero no sabía quién era él, claramente no era conocido mío, sino del cuerpo en el que estaba ahora, el me saludo y me ayudo a salir del agua, estaba sin camiseta, era delgado y alto, bueno, mas alto que yo, tenía la piel tostaba, y en su torso desnudo podían distinguirse con facilidad sus músculos, al parecer, esta persona en la que estaba le observaba mucho, pero de lo que yo me di cuenta, fue de que su cara era muy amable y su miraba tenía un brillo especial. Me tomo de la mano y caminamos por el campo, reímos y jugamos en el pasto que tenía el roció aun fresco, al cabo de una hora aproximadamente nos dirigimos al agua otra vez, y ahí seguimos jugando, tirándonos agua, y salimos por los pilares de nuevo, al atravesarlos, unos metros más allá me percate de que él ya no estaba, trata de devolverme, pero desperté de súbito, recordando ese rostro y ese lugar.

6 de agosto de 2010

Lagrimas de Cupido

Ahí estaba, esa hermosa criatura, ese pequeño y frágil cuerpo, de cuyas espaldas salían dos delgadas y angelicales alas, sobre su cabeza una aureola, de un color dorado resplandeciente, a metros se distancia se sentía el amor que este ser emanaba, yo, hipnotizada por tan inocente mirada, me quede un momento observándole, con dulzura y un sentimiento de querer proteger a esa criatura a toda costa, este me miro, y me di cuenta de que no era más que un pequeño bebe, sentado y riendo tiernamente, al permanecer en mi mirada un momento, este se inquieto, y comenzó a sollozar, al principio solo eran unas lagrimas, pero luego fue adquiriendo más fuerza en su llanto, yo no sabía que haces, no soporte ver que tan frágil figura soltando lagrimas tan amargas y ahogadas, comencé a hablarle, el me miro atento, como tratando de entenderme, mis palabras no tenían sentido alguno, solo intentaba calmarle, y lo fui consiguiendo de a poco, cuando se tranquilizo del todo, pude ver su sonrisa de nuevo, al parecer algo en mi le había alegrado, y con eso me sentí satisfecha, después de un rato de contemplar su dulce sonrisa -evitando su ojos para no inquietarle- me percate que de su mirada despedía una clase de sensación inconfundible, algo muy ameno, soltaba amor como si su mirada se tratara de flechas y sus ojos fueran los arcos, luego por fin comprendí que no era más que un simple ser humano, una hermosa criatura, un hermoso humano, que llegaba a este mundo como un ángel lleno de amor dispuesto a entregarlo todo, todo su amor a través de su mirada y su sonrisa.

El mejor sueño de mi vida… (?)

Estaba acostada, en mi cama, como cualquier otra noche, apoyada de costado, mirando hacia la pared, de pronto creí ver algo, alguien estaba acostado a lado mío, por su contextura era un hombre, alguien a quien fácilmente podía reconocer, era él, el protagonista de mis sueños, esa fue la razón por la que supe que estaba soñando, pero era demasiado perfecto como para detenerme por ese hecho… él se giro hacia mí, y me di cuenta de que sus hermosos ojos verde azules se posaban en los mios, con un destello en la mirada que me dejo helada, por un momento me quede sumida en sus ojos, que ahora estaban más brillantes que nunca, él se me acerco, y mi corazón se acelero a un ritmo sobrehumano, puso su mano en mi cintura y me acerco hacia su cuerpo, quedando los dos a muy poca distancia en mi cama, el seguía abrazándome de forma posesiva pero agradable, seguí mirando sus deslumbrantes ojos en la oscuridad. En el momento en que me acercaba a él, y él seguía acercando hacia el mi cuerpo muy lentamente, cuando nuestro labios estaban a nos cuantos milímetros de distancia el uno del otro, llegue a sentir su aliento cuando de súbito abrí los ojos y desperté, desesperada volví a cerrarlo para seguir en ese paraíso, en ese hermoso sueño, pero me fue imposible.



PD: Este sueño no es mío, pero es tan hermoso como cada uno de los que tengo cuando pienso en esa persona.

5 de agosto de 2010

Ambiente envenenado

Estoy en estado de crisis, no sé qué hacer, no tengo idea de que debo hacer para ayudar a los que me rodean… maldita agonía, estúpidos sentimientos, no lo soporto, no soporto estar en este ambiente intoxicado, lleno de penas, amargura y llanto, que rosa suave pero perceptiblemente las paredes de mi corazón y de mi mente, ya no tengo idea de que propósito tengo en la vida, si mi único impulso es ayudar a los que amo, e incluso a los que no, no soporto ver a alguien llorando, y nunca lo hare. Los humanos son tan frágiles, se desmoronan solo con algunas palabras, hasta con el pensamiento de que algo podría pasar sin tener siquiera hechos, sin saber si algo va mal de verdad, simplemente se resignan a ser infelices, quisiera poder estar al lado de cada persona que piense eso y brindarle palabras de apoyo y entendimiento, lamentablemente, no puedo estar en tantos lugares a la vez. Maldigo al que piense que no merece existir, al que se diga a si mismo que la vida no tiene sentido, aunque ese pensamiento de motivo a mi vida, para seguir adelante, odio que las personas se sientan así, impotentes, odio que la gente se sienta de la misma manera que yo… inútil.
No estoy muy segura de cómo he logrado sobrevivir en este alocado mundo, supongo que por lo mismo, por la gente que está loca, la gente que comprende de verdad lo que es estar loco… loca… como yo. Hay algo inexplicable en todo esto, y es que pareciera que entre más mal de la cabeza esta alguien, más gente hay a su alrededor, pues entonces no me explico cómo tengo tantos amigos, como es que tantos me buscan a mí en especifico… supongo que por fuera luzco como cualquier otra persona, pero no todos saben lo que de verdad escondo detrás de mi cara, detrás de mi fachada, y, en términos básicos, es toda una nube de pensamientos y un mundo de posibilidades imposibles, todo lo que se encontraría en la mente de alguien sin cabeza, de alguien a quien le falte un tornillo, todas aquellas cosas que no todos son capaces de percibir o de siquiera pensar, todo eso se alberga en mi mente, a la espera de que alguien se dé cuenta de el modo en que funcionan mis pensamientos para que sea diferente, y así me lo pueda decir, porque ni yo misma me comprendo, no del todo, no todavía, pero sé que alguien será capaz de descifrar mi mente y desenmarañarla a modo que sea normal, aunque dudo que quiera eso.
Acabo de tomas una decisión: hare todo lo que esté a mi alcance para que este mundo -el mundo que me rodea- sea menos cruel y mucho menos amargo, pienso despejar el ambiente y convertirlo en lo más saludable que haya, tan saludable que despeje la mente con un solo respiro cerca de mi mundo.